En los últimos años, el Perú ha avanzado en lo que respecta a la inclusión de las energías renovables en su matriz energética, peligrosamente dependiente de los combustibles fósiles. Concretamente a partir del año 2008 se creó un marco legal propio que regulaba la generación de electricidad a través de energías renovables. Sin embargo, casi siete años después del inicio de su promoción, aún queda mucho camino por recorrer para ser capaz de atraer importantes niveles de inversión extranjera y alcanzar al menos las tasas de suministro comprometidas legalmente basadas en estas fuentes.
El Perú históricamente ha basado la generación de energía eléctrica en las centrales hidroeléctricas, aunque en los últimos años ha crecido tremendamente la participación de las centrales termoeléctricas, basadas en gas natural, en la generación de la misma. Por lo que hasta antes del 2008, la participación de las energías renovables no convencionales (solar fotovoltaica, eólica, biomasa, biogás) era insignificante. Es a partir de la promulgación del Decreto Legislativo 1002 en el año 2008, dónde se establece el marco normativo que promueve y regula la generación de energía eléctrica en base a recursos energéticos renovables (RER). Estableciendo el mecanismo de subastas periódicas por parte del Estado, para la adquisición de energía eléctrica basada en estas fuentes, asegurando unos ingresos garantizados a los proyectos adjudicados. Asimismo se estableció un porcentaje objetivo anual en el que debe participar la energía proveniente de dichas fuentes, fijado en 5%. Cabe recalcar que hasta ese momento, el porcentaje no llegaba ni al 0,0001%.
En la actualidad se han realizado tres subastas dirigidas a energías renovables, siendo sólo dos de ellas (2010-2011) para fuentes de energía solar fotovoltaica, eólica y biomasa, puesto que la última sólo se dirigió a pequeñas hidroeléctricas. En estas dos primeras subastas se adjudicaron 1400 GW/h, atrayendo más de 1000 millones de dólares. A finales del año 2014 se inició el proceso de convocatoria para una nueva subasta. Si excluimos a los proyectos adjudicados basados en pequeñas hidroeléctricas, el número de proyectos adjudicados en estas dos subastas fue de trece. Los proyectos adjudicados en la primera subasta entraron en operación comercial entre finales del 2011 y finales del 2014. Inyectando a la red nacional interconectada más de 880 GW/h al año. Aunque la puesta en marcha de los proyectos se retrasó considerablemente en especial la de los parques eólicos que acabaron inaugurándose entre octubre y noviembre del 2014 cuando la fecha prevista de entrada en operación era mediados del 2012. Los proyectos adjudicados en la subasta del 2011 aún no han entrado en operación comercial.
Por lo que casi siete años después del inicio de las medias de promoción para la generación de electricidad en base a energías renovables, estamos en condiciones de analizar en perspectiva, su efecto real , viendo que se han dado unos primeros pasos fundamentales para considerar estas fuentes de energía e incorporarlas definitivamente al sistema interconectado, pero que aún hay aspectos que faltan desarrollar o mejorar para conseguir una importante participación de las mismas en la matriz energética, similar a otros países de la región con un potencial de generación en base a estos recursos incluso inferior. Uno de los aspectos más importantes a mejorar sería la agilización de los trámites de concesión a los proyectos ganadores, especialmente lo que respecta al derecho de utilización de predios públicos. Por otro lado, la posibilidad de subastar aquella energía que queda desierta o no cubierta por una determinada fuente dentro de la misma subasta. Desde EuroPerú Consulting, creemos que un punto fundamental en la promoción de energías renovables de cara a atraer una inversión extranjera diversificada, sería dictar medidas que posibiliten a medianas empresas inversoras también poder inyectar energía al Sistema Inerconectado Nacional, en base a proyectos considerables de autoconsumo que puedan conectarse a la red para poder vender el excedente de su producción, incentivando aún más la inversión privada más allá de grandes consorcios empresariales. Por otro lado, el precio artificialmente bajo del gas natural proveniente del primer lote de Camisea, entra en contradicción con la supuesta voluntad del Estado en priorizar la generación de energía eléctrica en base a RER, existiendo un claro criterio de beneficio a corto plazo en desmedro de la eficiencia energética e incluso económica.
Queda claro que el horizonte para la energías renovables en el Perú es cuando menos expectante, pero dependerá de afinar una serie de detalles enunciados, para aprovechar en toda su magnitud las privilegiadas condiciones climáticas y geográficas del Perú, así como la necesidad real de diversificar su matriz energética, en consonancia con un importante atractivo económico para diversos inversores privados.
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